En la biografía que Milovan Djilas dedicó al mariscal Joseph Broz “Tito”, afirmaba nada más empezar que él, al contrario de lo que siempre defendió el dictador yugoslavo, anhelaba el poder de la ley por encima de la ley del poder. Djilas había sido la segunda autoridad yugoslava y el principal teórico del comunismo “titista” hasta que en 1954 se enfrentó al Mariscal. Para que ustedes me entiendan: aquel giro de Djilas es como si de repente el almirante Luis Carrero Blanco se hubiese pasado a la oposición democrática para enfrentarse a Franco y al franquismo. Claro está que Carrero Blanco no era ni la mitad de listo y culto que Djilas, un hombre que escribió el primer ensayo, The New Class (1958), para denunciar que los regímenes comunistas se habían convertido en dictaduras burocráticas controladas por los cuadros del partido. Ahí empezó la persecución de Djilas, aunque nunca se exilió y cuando salió de la cárcel siguió viviendo en su Montenegro natal hasta su muerte en 1995.

Les cuento la historia de Djilas porque su reclamo del poder de la ley por encima de la ley del poder es un buen baremo para medir la democracia de un Estado. Djilas creía en la democracia y toda democracia se sostiene, evidentemente, en el poder de la ley. Una ley que sea igual para todos. Una ley regulada por una justicia justa e independiente. Una ley consensuada y consentida por los ciudadanos, porque esta es la manera de convivir en paz. Pero los Estados totalitarios y los que, sin serlo, transgreden la democracia con la arbitrariedad y el autoritarismo, acaban imponiendo la ley del poder, que se basa en una represión extrema, aunque se vista de legalidad, utilizando a su favor la burocracia del Estado en contra de los derechos cívicos y humanos. Esto es lo que está pasando hoy en muchos Estado del mundo, desde Turquía hasta Venezuela. Y esto es lo que está pasando en España. Resulta pornográfica la complicidad del PSOE con el autoritarismo impuesto por el PP. Pero es que el socialismo español cada vez se parece más al socialismo de Carlos Andrés Pérez (1922-2010), aquel populista corrupto venezolano que en 1976 se convirtió en vicepresidente de la Internacional Socialista y que fue el verdadero causante del desastre actual de Venezuela. El triunfo de Hugo Chávez no se entiende sin lo que representaba ese señor, amigo íntimo de Felipe González. Pérez fue un ladrón, como casi ya está probado que lo son los dirigentes del PP de la época de Luis Bárcenas, lo que incluye a Mariano Rajoy, y transgredió la ley para reprimir a la oposición. El menú está servido.

La defensa de la sagrada unidad de España incita a la promiscuidad política. La unidad de España no se vota, dicen los nacionalistas españoles, reproduciendo los eslóganes patrioteros de La Correspondencia Militar, el periódico militarista fundado en 1877 por el comandante Emilio Prieto Villarreal y que hoy vemos reproducidos en los periódicos del régimen, cuyo unanimidad en la difusión de mentiras contra los disidentes es impensable en una democracia que se precie de ser verdaderamente pluralista. La Razón, El País, ABC, El Mundo, La Vanguradia, El Periódico, etc., son hoy en día como lo que fueron aquellos periódicos del Movimiento que se controlaban desde el Ministerio de Información y Turismo franquista.

En medio de este ambiente, y apurando hasta el último minuto el plazo dado por el Gobierno español, hoy el presidente catalán Carles Puigdemont ha reiterado por carta a Rajoy lo que ya le dijo en la anterior misiva. Catalunya está dispuesta al diálogo y, también, que su gobierno está dispuesto a resistir el abuso de poder que está ejerciendo el Estado mediante el uso ilegítimo del poder judicial como ariete contra los que no piensan como la clase dirigente española. Una clase política autoritaria que incluye a los socialistas, que son ese cómplice necesario que necesitan todas las dictadura, repitiendo el error que cometió en 1923 Largo Caballero al apoyar el golpe militar de Miguel Primo de Rivera. El día 10 Puigdemont proclamó la independencia, pero esa proclamación no se votó. En la nueva carta remitida a Rajoy, el presidente catalán le anuncia que si el Estado se decide por activar el artículo 155, él convocará al Parlamento para que vote formalmente la declaración de independencia, siguiendo el mandato del referendo del 1-O y lo estipulado por las leyes aprobadas el 6 y 8 de septiembre.

Djilas quedó despojado de sus privilegios, incluyendo los honores de haber sido uno de los jefes partisanos que combatieron a muerte contra los nazis, porque decidió enfrentarse a los que, como Tito, construyeron un régimen brutal con apariencia de estar viviendo en una arcadia feliz que se enfrentaba a Stalin y promovía los movimientos de liberación del Tercer Mundo. Las mentiras de lo que era ese comunismo están aceptadas por todos los demócratas de verdad. En cambio, las mentiras de los Estados autoritarios que se van implantando en Europa no tiene quien las critique. El socialismo internacional es hoy parte del problema que los conservadores europeos, que son los que dominan las instituciones de la UE, han provocado. Entre los dos están dejando que se pudran los ideales de libertad con el que nació en 1957 el movimiento europeísta que inspiraró a hombres y mujeres de izquierdas y demócratas como Djilas. El silencio de la UE ante lo que está pasando en España, incluyendo las detenciones por motivos políticos de Jordi Cuixart i Jordi Sánchez, repite el silencio que sostiene sobre lo que está pasando en Turquía. La gerontocracia y la falta de respeto al poder de la ley acabó con el comunismo, lo mismo va ocurrir con la UE. Si Juncker y los burócratas de Bruselas siguen la senda autoritaria marcada por Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, la UE tendrá muchos más problemas que los que ya está provocando el Brexit. Ese es en estos momentos el nido de la serpiente.